Eva
lunes 24 junio, 2013
Os voy a contar mi experiencia, a la vez que voy a expresaros algunos sentimientos personales, por lo que lo haré de forma anónima. Tan solo decir que soy de Madrid, tengo 31 años y estoy casada desde hace 4 años y no tengo niños.
He vuelto a entrar en esta web después de unos meses para comprar un lubricante dilatador muy bueno y efectivo y echando un vistazo, curioseando he visto el dong, que compré con mi marido estas Navidades. Como creo que la experiencia para mi ha sido bastante significativa quiero compartirla con vosotras. Es la primera vez que escribo en los comentarios, asi que intentaré explicarme correctamente y no enrollarme demasiado. Lo compramos casi como una broma, yo le decía a él que se lo iba a meter por el culo, y él me replicaba con lo mismo.
Si he de ser sincera, lo primero que pense al abrir la caja fue, “Dios que grande”, esto tan enorme no me entrara en la vida. “Esto es un error, hay que devolverlo y recuperarme los casi 100€ que cuesta”. Nunca había tenido nada tan grande y sobre todo grueso en las manos y mucho menos dentro de mi. Yo pensaba que en mis multiples vivencias ya lo había visto todo, pues no.
La primera vez que lo probamos, me costó un gran enfado con marido y casi lo tiramos. El dong es enorme no me entraba ni siquiera el glande. Tuve que tener mucha paciencia y hasta la cuarta o quinta vez que lo usé no conseguí meterme la punta entera (el glande). A partir de ahí, poco a poco, fui a mas , y mas, hasta que este burro pudo ir entrando dentro mia. Lo tuve que hacer yo, porque él era demasiado impaciente. Tienes que irte acostumbrando poco a poco, porque la sensacion es muy fuerte, una mezcla placentera y tortuosa a la vez, pero el morbo que me daba me motivaba a seguir intentadolo. Tuve que hacerle comprender que era imprescindible que me fuera dilatando con los dildos de diferentes tamaños que ya teníamos antes, porque sino sería imposible.
La razón por la que escribo, no era por lo anterior, que supongo que es bastante obvio y normal para todas, sino porque una vez que le cogimos el truquillo, tuve un antes y un después en mi vida sexual. Me explico.
Si lo compramos hace unos 6 meses, pues desde hace 2 o 3 meses, tengo a mi marido un tanto celoso y “abandonado”. Le he confesado mis corridas con este cacharro me han llevado a unos niveles de placer tan intensos, que no los puedo explicar y me han hecho adicta a ellos, y los necesito con bastante frecuencia. Mucho mas que mis necesidades antes de esto. En ninguna de mis numerosas relaciones anteriores, con ninguno de mis novios o ligues, me produjo ese placer, y algunos estaban muy bien dotados y sabían lo que hacían.
Mi marido sabe, sin que yo se lo tenga que decir, no es tonto, que el placer que su pene me proporcionaba, estaba muy lejos de los orgasmos que ahora sufro en mis carnes. Vamos, como el dia y la noche. Sobre esto hemos hablado ya en numerosas ocasiones, ya que somos una pareja que nos contamos todo todo, sin problemas. Y evidentemente sabe que a esta altura ya jamas podrá mejorar sus “prestaciones”. Es consciente. Es como si hubiéramos cambiado el rol. Antes yo creo que era él quien mas disfrutaba en nuestra relaciones, siempre yo hacia que llegara a sus orgasmos y me esforzaba en satisfacerlo, sin importar demasiado mis necesidades, que en general estaban cubiertas, no me quejo, pero pienso ahora que quizás, no también como las suyas. Ahora las mias … si que se cumplen, ji,ji,ji
En el fondo me da un poco de pena, porque lo he relegado unilateralmente a un papel secundario en nuestra relación sexual, pero en estos meses me he vuelto muy muy egoísta. En el plano sexual, al menos. A veces pienso que es un poco injusto para él. Yo con el paso del tiempo estoy mejorando increíblemente mi vida sexual, y sin embargo él solo puede mantener el nivel y poco a poco incluso ir a menos. Es lo que hay. Supongo que será el poder de las mujeres. Creo, como he dicho antes, que me he vuelto adicta. Adicta al placer. Ahora a él le toca verme como disfruto mientras me taladra mi dong. Y veo que sufre, porque durante ese rato lo suplanto por ese trozo de goma. Es como si fuera una situación fría, pero a su vez excitante. Como de esa mujeres que hacen dominación masculina. En mi caso si es asi, es involuntaria. Nunca hemos jugado a esos juegos, y a ninguno de los 2 nos gusta el sado ni nada parecido. Pero el placer es tan intenso, que me compensa con creces esa sensación egocéntrica. No me importa, ahora darle gusto s mi vagina es lo que mas me importa. Lo demás viene después, es secundario.
Ahora uso su pene simplemente para que me dilate. Solo para eso, porque ya prácticamente no puede proporcionarme placer, simplemente el calorcito de sentirlo dentro mia, pero es mas bien una sensación de cariño. Por cortesía espero a que se corra dentro mia, pero el se da cuenta que realmente estoy impaciente de que termine para usar mi dong. Antes hacíamos el amor 2 o3 veces por semana, y yo con suerte tenía orgasmo una vez. Ahora uso el dong casi todos los días, y los fines de semana incluso varias veces. Normalmente lo uso con mi marido, pero ultimamente hay veces no puedo esperar que vuelva del trabajo y también me lo hago sola. Bromeo con él, porque le digo que le estoy poniendo los cuernos, ji,ji con un pedazo de miembro descomunal. Yo a él lo quiero mucho, es el hombre de mi vida, y él también me quiere, pero me he enamorado de este juguete. Estoy loca de amor por él. Mientras mi marido tiene que asumir este cambio, que se no cuanto durará ni donde nos llevará en nuestra relación, pero es una realidad. Y le está costando. De momento no lo ha conseguido, lo noto. Pero yo estoy disfrutando como nunca en mi vida.
He de decir, que mi vagina ha ensanchado y alargado un poco desde que lo estoy usando, porque cada vez entra con mas facilidad, eso si, siempre con mucho lubricante. Ya he conseguido que me entre enterito, hasta la base que simula a los testiculos. Por un lado me siento muy orgullosa, porque hace unos meses era impensable, por otro lado, no tanto porque las penetraciones de mi marido ya no son tan placenteras, para ninguno. Para mi son como algo insuficientes y eso que él tiene un buen miembro, pero yo lo que ahora siento es algo como un lápiz dentro mia. Y él me cuenta, que le sigue dando el mismo gusto, pero que como no ve tan excitada, no es lo mismo. Y lo que no voy a hacer es fingir. Me niego.Para intentar darme mas placer me pide introducir un dong mediano mientras me penetra o ponerse un alargador de pene, pero lo hemos probado y no me gusta. La verdad es que siempre tengo prisa porque termine para meterme mi dong. Incluso hay veces que lo he dejado sin correrse porque yo no aguantaba mas. Soy un poco mala, pero el me dice que disfruta viéndome gozar , asi que le tomo la palabra y hago lo que me pide el cuerpo, que es saciarme la vagina (a veces pienso que es como si tuviera hambre y le diera de comer. Es una necesidad).Pero como en realidad no soy tan mala, por ahora, a veces lo que hago para aliviarlo es que mientras yo me estoy corriendo mi juerga con mi dong lo masturbo. Le he llegado a hacer daño, porque me pongo tan frenética que no controlo demasiado. En el ultimo mes, lo que mas le hago es masturbarlo mientras realizo lo que me gusta ahora, que es una vez que consigo metermelo entero dentro de mi, el dong, ponerme un tanga y aguantar asi un buen rato, mientras me acaricio el clítoris por encima de la braga. Ufff, creo que me he vuelto multiorgasmica con esto. He llegado a contar 6. Eso si, después al sacarlo, me da tanto gusto, o mejor dicho, tanto descanso, que me suelo orinar un poco y todo. Que barbaro. Intento andar un poco por nuestra casa asi, y el roce que produce es genial, todavía no he conseguido correrme asi, pero no lo descarto, ji,ji. Pero a veces cuando lo uso demasiado (algunos días con las hormonas y eso, estoy subida de tono y parece que nunca me sacio), después me quedo un poco molesta, me duelen mis partes. Se me pasa en un dia o dos. La verdad no importa, porque cada ve me pasa menos.
De momento no tengo pensado comprarme otro dong, porque este me sigue proporcionando una sensacion de máxima felicidad. Me llena (seré ingenua, pues claro que me llena, una tranca de 25 cm de larga y mas 6cm de ancha). Pero si en fututo llego a cansarme o aburrirme, no dudaré en comprar uno de dimensiones mayores, para volver a sentir lo mismo o mejor (lo dudo). Ahora que conoces ese gusto, es una necesidad. Tengo asumido que ya no hay vuelta atrás, aunque es algo que no he buscado, lo he encontrado, me ha llegado de forma un tanto involuntaria. Eso si, bendito sea. Al final le tendría que dar las gracias a él que fue quien insistió durante las Navidades.
Como resumen, y ya no me enrollo mas que llevo escribiendo una hora, es deciros que os animéis a usar dongs de cualquier tamaño, son buenos juguetes para mejorar las relaciones o la soledad, y os aconsejo los de buenas dimensiones, porque os van a provocar unas sensaciones imposible de mejorar. Pero tened en cuenta que os puede modificar vuestra relación de pareja, si es que la tenéis.
Saludos.