Durante tu infancia te encantaba ir al parque a columpiarte. Y sí, todavía queda algo de ese niño o niña dentro de ti, solo que ahora un poco más picarón y juguetona. Los columpios sexuales son un mueble erótico que te elevará hasta las cumbres del placer más absoluto. ¿Te atreves a abrir tus puertas del placer?
Esa libertad que te daba el columpiarte cada vez más y más alto, sentir tu cuerpo cortando el viento, acercarte a la luna... Los columpios marcaron parte de tu infancia y ahora marcarán parte de tu vida adulta.
Con los columpios sexuales no llegarás más alto, pero sí mucho más lejos. Tanto que rozarás el paraíso con los dedos… y con la punta de tu pene o clítoris.
Abre las puertas de tu casa a los columpios del amor y disfruta de este mecanismo juguetón elaborado a base de cuerdas y arneses ajustables. Engánchalo en las puertas o cuélgalo del techo y súbete a él o sube a tu amante. Quedaréis suspendidos en el aire y podréis disfrutar de penetraciones más intensas sin llegar agotados al clímax.
A priori puedes pensar que los columpios sexuales son un accesorio bondage - BDSM, pero la realidad es que van mucho más allá. Sí, por supuesto que son perfectos para disfrutar de los juegos sexuales más hard, pero también son ideales para parejas que quieren llevar su vida sexual un paso más allá, salir de la monotonía o hacer posturas imposibles de una manera cómoda y sin cansancio.
Por ejemplo, si siempre has querido practicar sexo de pie pero sientes que no tienes la fuerza suficiente para coger a tu pareja, o que pesas demasiado para que tu amante te coja y el camino hacia el placer no se convierta en una carrera de fondo, los columpios para sexo son una excelente opción. Con ellos puedes conseguir posturas que os den ángulos de penetración excepcionales.
Además, permiten controlar la potencia de embestida y hacerlo todo mucho más intenso sin sobrecargar los músculos ni terminar con agujetas.
Abre las puertas de tu hogar (y de tus piernas) a los muebles sexuales y abrirás, también, las puertas de un mundo nuevo. Déjate llevar por el vaivén de tu columpio o de tu balancín sexual: encontrarás el equilibrio perfecto entre placer y comodidad.
Los columpios para sexo son también la solución para que personas con movilidad reducida puedan disfrutar del placer sin límites. Este tipo de muebles eróticos facilitan el movimiento y el acceso a todo el cuerpo.
¡Déjate seducir por el balanceo de la pasión!
Cada columpio es diferente y tiene sus particularidades, pero normalmente están compuestos como mínimo por tres tiras: una que recorre la espalda para dar estabilidad y seguridad, otra que se coloca sobre el glúteo o en la parte baja de la espalda y una tercera que se encarga de mantener las piernas abiertas. Además, algunos incluyen ataduras para los tobillos o las muñecas.
El objetivo es que puedas sentarte en tu columpio y suspenderte, tú o tu amante, en el aire, como si fuera toda una silla sexual que deja abierta una profunda puerta de entrada al placer.
Cuando vayas a usar tu columpio bdsm por primera vez recuerda leer detalladamente las instrucciones del fabricante. Sin embargo, no temas: son muy fáciles de usar. Te damos algunas pautas básicas para que puedas disfrutar de ellos y sacarles el máximo partido.
Súbete a tu columpio del amor y desata una pasión incontrolada, fugaz y ardiente donde la imaginación no entiende de límites.
Una de las grandes ventajas de los columpios sexuales es que te permiten hacer de manera cómoda y muy satisfactoria posturas increíbles que antes requerían de una fuerza sobrehumana. Además, se crea un ángulo de penetración, ya sea anal o vaginal, intenso y profundo, donde el pene llegará a sitios donde no creías que se pudiera llegar.
Un columpio del amor te permitirá modificar su altura y ángulo para jugar con varias posturas. La más básica es esa en la que tú (o tu amante) te sientas con las piernas abiertas y tu pareja se coloca delante de ti. Pero también puedes tumbarte, puedes ponerte de espaldas para una especie de perrito asistido o puedes incluso bajar el arnés del columpio para llegar hasta el suelo y dar excitantes botes sobre tu partner, que estará tumbado en el suelo.
Las posibilidades son infinitas. Los columpios para tener sexo permiten experimentar con muchas posiciones y, por supuesto, también puedes combinarlos con otros juguetes y complementos bondage (o no).
Cuando entras en el mundo de los columpios bondage puedes tener dudas sobre cuál es el mejor para ti. Primero debes entender las diferencias entre los distintos tipos que existen:
A la hora de elegir tu columpio del amor, es buena idea que te hagas una serie de preguntas como qué uso le vas a dar, de cuánto espacio dispones, la resistencia de los techos y paredes de tu casa o el peso que deberá soportar.
Por ejemplo, si ya has hecho tus incursiones en este mundo y buscas perfeccionarte en el arte del balanceo, los columpios colgantes para el sexo serán una buena apuesta. En cambio, si todavía estás empezando elige un columpio de puerta, ¡ya le irás pillando el punto!
En cuanto al espacio, ten en cuenta que para un columpio bdsm de techo o un posicionador sexual debes contar con un espacio amplio y diáfano que no os ponga ningún obstáculo a vuestro gozo. Así que piensa bien dónde vas a colocarlo y, también, qué vas a hacer con él mientras no lo estéis usando. Tal vez necesites un columpio que se guarde fácilmente, o tal vez el almacenamiento no sea un problema para ti.
¿Tienes un buen punto de anclaje? ¿Techos de hormigón fuertes y resistentes? Entonces podrás elegir un columpio de techo. Tranqui, que no tendrá que estar ahí siempre expuesto, siempre puedes poner una hamaca o sillón colgante en su estructura cuando no lo estéis usando.
El peso que deberá soportar tu columpio es otra de las cuestiones que debes plantearte. Lo ideal es que pueda cargar un máximo de 150 kilos, pero si sois corpulentos tal vez eso sea insuficiente y debas elegir un columpio que soporte más peso u otro tipo de mueble sexual, como los sillones tantra.
Una de las cosas de las que debes asegurarte a la hora de elegir tu columpio es que los amarres sean de muy alta calidad, lo suficientemente anchos y con abundante velcro para que os den mayor sensación de sujeción sin renunciar a la comodidad. También te ayudará que las costuras, anillas y enganches sean robustas.
Además, es fundamental que tu columpio sexual sea verdaderamente cómodo y no te produzca rozaduras. Los modelos que encontrarás en amantis llevan las tiras acolchadas y sus correas son suaves y cómodas en cada milímetro, pensadas especialmente para que no dejen marcas ni rozaduras en la piel independientemente de la intensidad del encuentro.
Es importante que los amarres estén realizados con textiles de tacto suave y acolchado, y que sean confortables en cada milímetro para no dejar ninguna marca ni rozadura en tu piel independientemente de la intensidad del encuentro.
La verdad es que los tres tipos de columpios bdsm son verdaderamente fáciles de instalar, solo tienes que seguir las indicaciones del fabricante.
Tal vez los más sencillos de instalar, y los más versátiles, sean los columpios sexuales para puertas. Estos columpios vienen con unos tubos que debes colocar por detrás de la puerta para después cerrarla, así hará de tope. Mejor si es con llave, para no abrir la puerta accidentalmente.
En el caso de los columpios sexuales de techo, la instalación es algo más fija, aunque viene con una rosca para que puedas quitar y guardarlo siempre que quieras. ¡Tampoco es cuestión de dar detalles de tu vida sexual a tus visitas, si tú no quieres!
Eso sí, siempre es muy importante que te asegures de que tu techo o tus paredes son lo suficientemente fuertes como para resistir el peso y las embestidas. Por ejemplo, si tus techos son de hormigón y las vigas de madera, ¡estás de suerte! En cambio, si son de yeso o pladur, no deberías jugártela mucho. En ese caso, siempre puedes r recurrir a un columpio sexual con soporte.
¿Estáis preparad@s para sentir la gravedad cero? No tengas dudas: los columpios sexuales son uno de los juguetes más excitantes, divertidos y versátiles de entre los juguetes eróticos. Y tal vez, también, uno de los más desconocidos. Cómodo, morboso, salvaje. ¡A gozar!