Son sandalias altas, de infarto, de diva. Unos tacones de aguja imitación cristal con barra estilo pole dance en su interior. La base de la suela, con plataforma y imitación cristal, deja entreveer una tela estampada colorida con motivos vegetales. Sujeta el empeine una tira de plástico transparente y debajo, la plantilla es plateada y muy mullida, con un minicojín para hacer que las horas en que una se suba a estos magníficos zapatos sean lo más cómodos posibles. Pero vale, sí, de acuerdo: seguramente no es la sandalia más cómoda del mundo, pero sus otras cualidades te harán olvidar cuestiones más prácticas... ¿Por qué sí vale la pena llevarlas?

Antropólogos las avalan... En serio. La antropóloga Helen Fisher explica que cuando una mujer usa tacón, estos provocan un arqueamiento en la espalda similar a la respuesta sexual y hormonal de los mamíferos, consistente en propulsar el trasero hacia atrás.
Urólogos las avalan... También en serio. La uróloga italiana María Cerruto explica que al vestir tacones, los músculos del suelo pélvico aumentan su fuerza y su habilidad de contracción. Y ya sabes, suelo pélvico entrenado, placer asegurado :D
Fetichistas las avalan... Y como no. Un buen tacón hace las delicias de cualquier foot fetish pero también de aquellos que buscan en una mujer un comportamiento delicado y sugerente: los tacones acentúan ciertos patrones en la marcha, pasitos más cortos y más giro de cadera.

Así las cosas, ¿cuánto vas a tardar en subirte al cielo con estos taconazos? 

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